domingo, 24 de agosto de 2008

MITOS CIENTÍFICOS

Mito 1: El agua cae en sentido contrario en el Hemisferio Sur debido a la rotación de la Tierra. La rotación de la Tierra es demasiado débil como para afectar al sentido en el que gira el agua mientras cae en un inodoro. En cada lugar verá como el agua forma remolinos a uno u otro lado dependiendo únicamente de la forma del lavabo, no del hemisferio donde se encuentre.


Mito 2: Los seres humanos solo usan un 10% del cerebro: Este difundidísimo mito lleva ya casi un siglo dando vueltas incluso en los medios. Afortunadamente no es cierto. Las técnicas de investigación por imágenes tales como
la Resonancia Magnética Nuclear han demostrado que los humanos hacen buen uso de la corteza cerebral incluso cuando duermen.


Mito 3: Un pollo puede vivir sin cabeza. Esto es cierto, y además durante bastante tiempo. Un gallo puede sobrevivir sin cabeza debido a que su tronco cerebral queda a menudo prácticamente intacto tras degollarlo, y puede aún controlar por si mismo la mayor parte de sus habilidades motoras.


Mito 4: En el espacio no hay gravedad. La culpa de esta frecuente equivocación es por la imagen que tenemos de astronautas flotando dentro de una nave espacial. Cuando un objeto se encuentra en órbita, no está en estado de ingravidez (puesto que la gravedad sí actúa) sino en estado de caída libre. La gravedad está en todas partes, incluso en el espacio. Tampoco es cierto que el espacio sea un vacío. Hay toda clase de átomos allí fuera, si bien a menudo muy distantes.


Mito 5: Una moneda lanzada desde lo alto de un edificio podría matar a una persona. Una moneda pequeña, como la de 5 céntimos de euro, no es precisamente el arma más aerodinámica que existe. Debido a su forma y a la fricción del viento tan sólo conseguiría alcanzar la velocidad suficiente (incluso siendo arrojada desde lo alto del Empire State Building a
381 metros) para apenas causar escozor al desafortunado peatón.


Mito 6: En el cerebro adulto no se generan nuevas células. Siempre se ha aceptado que cada humano nacía con un número determinado de neuronas que iba perdiendo a lo largo de la vida sin posibilidad de repuesto. Es cierto que la mayor parte (y más importante) del desarrollo del cerebro ocurre durante la infancia, pero eso no significa que todo sea cuesta abajo a partir de entonces.


Mito 7: Los hombres piensan en sexo cada siete segundos. Los varones, en términos de evolución, vienen genéticamente programados para reproducirse, pero no existe método científico alguno para poder medir cuánto tiempo del día lo gastan fantaseando.


Mito 8: Un rayo nunca cae dos veces en el mismo sitio. De hecho los relámpagos tienen sus lugares “predilectos”, especialmente en los sitios a gran altura. Por ejemplo al Empire State Building lo atinan unas 25 veces al año.


Mito 9: El caldo de pollo cura el resfriado común. Quizá usar la palabra “curar” sea exagerado, pero la ciencia opina que las madres de todo el mundo hacen bien cuando obligan a sus hijos a tomar sopa de caldo de pollo. Los estudios han encontrado que el caldo contiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir la congestión.


Mito 10: El cabello y las uñas siguen creciendo después de muerto.
Aunque el pelo y las uñas parecen continuar creciendo después de la muerte, ésta es meramente una morbosa ilusión óptica. En la muerte el cuerpo humano se deshidrata severamente, retrayendo la piel lo suficiente cómo para exponer las uñas y el pelo más de lo habitual.


Mito 11: Se deben beber 2 litros de agua al día. Según cuenta la revista British Medical Journal: "el origen de este falso mito puede datar de 1945, cuando se hizo pública una recomendación en la que se establecía que la cantidad de agua que debía tomar cada adulto, en la mayoría de los casos, era de 2,5 litros al día.


Mito 12: El pelo crece más fuerte si nos afeitamos. Según Vreeman y Carroll: Ni más oscuro ni más fuerte –advierte-. El pelo afeitado no crece con más fuerza como se demostró ya en 1928, en un ensayo clínico. Durante el afeitado se elimina la parte muerta del cabello y no la viva, que está bajo la piel”. Y agrega que “el cabello es más oscuro porque aún no ha sido expuesto al sol y no tiene el extremo tan fino”.


Mito 13: Bostezar es contagioso. Aunque es difícil de hacer creer, los bostezos no se contagian, si no que se imitan. Es un proceso fisiológico, y hasta los chimpancés imitan a los otros cuando bostezan.


Mito 14: Los gatos siempre aterrizan de pie. Esto es cierto. Estudios han demostrado que cuando se dejan caer de varias alturas, los gatos logran caer de pie, a menos que se caigan de cabeza de alturas de un piso o menos.


Mito 15: los animales tienen un sexto sentido que prevé desastres naturales. No se ha comprobado científicamente que posean un sexto sentido. Sus afinados sentidos del olfato y del oído y sus instintos naturales son suficientes para hacerlos correr antes de un tsunami o huracán, pero no poseen un sentido extra.


Mito 16: el chicle dura 7 años en ser digerido. Esto es falso, y si bien es un poco más difícil de digerir que la comida orgánica común, no tarda años. Se trata de una amenaza de los doctores para que los niños no traguen objetos chiclosos cuando son pequeños.


Mito 17: uno se moja menos si corre. Esto es matemáticamente correcto, pero la ecuación es muy compleja e incluye factorizar el número de gotas de lluvia que lo golpean, entre otras cosas.

No hay comentarios: